martes, 20 de mayo de 2014

Capitulo 5.

En ese instante perdí la noción del tiempo y me perdí en sus ojos que la noche hacía aun mas misteriosos.
-¿Co.. cómo sabes mi..?
Su sonrisa desapareció y una cara de preocupación inundó sus facciones.
-No tengo mucho tiempo, solo quiero ayudarte. Se dónde está tu familia.
-¡¿CÓMO?! ¿Dónde están? ¿Están bien?
-No debes preocuparte pero si mantenerte alerta. De tu protección me encargo yo.
Mientras habla, observo sus perfectos labios que palabra a palabra se van moviendo con cierta perfección. Su nariz es pequeña y redonda y sus ojos son claros, verdes y profundos. Observo cada punto de su cara.
-¿Pero quien eres?
-Alguien bueno. No confíes en nadie. Todos quieren tenerte.
Quien quiere tener a una chica como yo. Que habla con extraños cada dos por tres y que ve cosas donde no las hay.
-¡Oh! ¿En serio? Otro loco como mi profesor. ¡Me vais a volver loca!
-Mierda... Le dije al dichoso John que mantuviera su boca cerrada. ¡Está loco contigo!
-¿Que.. que conoces al chiflado John, seguidor de la religión ''todos venimos de los elementos naturales''?
-Ja ja ja, esa es otra conversación que tenemos pendiente.
En ese momento la puerta de la casa de Ann se abre. Mi alterada amiga sale corriendo del umbral y me da un abrazo.
-¿Qué haces ahí Amelie?
-Ah nada sólo hablaba con... con un amigo. Mira este es...
No estaba. Se había ido, de repente. Como si nunca hubiera estado hablando conmigo. Como si nunca hubiera estado aquí. Como si no hubiera estado observando sus ojos verdes ni se hubiera reido.
-Amelie... empiezas a asustarme.
-Yo también me asusto de mi misma Ann, no te preocupes.
-Vamos dentro, mi madre ha hecho pizza para cenar.

Terminamos de cenar y nos subimos a su habitación.

-Ann, tengo que contarte algo.
-Dime Amelie.
-Creo que me estoy volviendo loca. Antes de salir a buscarme, estaba hablando con un chico que dice que sabe dónde están mis padres y que están bien y está tan loco como John.
-Espera espera, Amelie, cuando salí no había nadie.
-Porque se fue, desapareció.
-O sea que hablas con fantasmas, ¿no?
-¡No Ann! Por favor créeme, algo esta pasando. Todo está relacionado, las plumas, el chico sin nombre y el profesor chiflado. Por cierto, cuando por fin conseguí hablar con John me dijo que era especial y que era elemental.
-¿Qué es elemental?
-No lo se Ann, pero pronto lo sabré.
Ann está tan confusa como yo, pero se que todavía no se lo ha creído del todo. Es real, todo fue real. El accidente, el profesor, el chico, las plumas.
Hay una característica entre el chico y John, el profesor, y es que su belleza es extrema. Sus rasgos son casi perfectos y sus gestos limpios y claros.
Pero mi cabeza estaba llena de dudas. ¿Qué es ser elemental? ¿Dónde está mi familia? ¿Quién es ese chico que no me puedo sacar de la cabeza?

Nos dormimos y esta vez no tuve ninguna pesadilla ni sueño extraño.

-¡A desayunar!
Me despierto desorientada hasta que recuerdo el tormentoso día de ayer y que estoy en casa de Ann.
Ann ya se está vistiendo.
-Vamos marmotilla, que tienes que ducharte.
-Buenos días Ann, ¿dónde están las toallas?
-Segundo armario a la derec... *¡PUM!*
Ann se tropieza con el pantalón y se cae de culo.
-Ann no intentes hacer dos cosas a la vez, recuerda que eres retrasada.
Ann me tira un peluche de la cama a la cabeza.
-Dúchate estúpida.

Cojo la toalla, ropa limpia y me dirijo a la ducha. Me encanta el agua caliente. Me produce una felicidad cuando las gotas de agua hirviendo recorren mi cuerpo.
De repente oigo un ruido enorme.
-¿Ann? ¿Estas ahí?
No recibo respuesta. Termino de enjuagarme, cierro el agua y me tapo con la toalla.
Cuando voy a salir de la ducha me encuentro al chico de anoche, el chico que fue amable conmigo y que de repente desapareció.
-¡Eh! ¿Qué narices haces? ¡No ves que estoy sin vestir y recien salida de la ducha!
-Que pueda desaparecer no interviene en que tenga ojos y vea lo hermosa que estas recien salida de la ducha.
Mis mejillas se enrojecen y un calor me hinunda el cuerpo.
-Ajam, sí. ¿Qué haces aquí?
-Tenemos que irnos.
-¿A dónde?
-¿Quieres ver a tu familia? Te llevaré con ellos.
-¿En serio? Me visto enseguida y nos vamos. Pero... ¿que le digo a Ann? Tengo instituto.
-Dile que tienes que ir a comisaría. Que citaste una visita ayer.
-Vale, déjame que me vista.
Nos quedamos un minuto mirandonos a los ojos. La tensión aumentaba. Hoy iba con una camiseta de manga corta gris que marcaba perfectamente sus biceps cuando cruzaba sus brazos. Unos pantalones negros que le hacían esbelto. Su pelo estaba tan perfecto como siempre y su sonrisa inexplicable me cortaba la respiración.
-No necesito expectación para vestirme, ¿sabes?
-Pensaba que me dejarías... Vale, ya me voy.

Cuando terminé de arreglarme vi que había una nota encima de la cama.
-''Te espero en tu casa''
Bajé las escaleras en busca de Ann.
-Ann, que... Tengo que ir a comisaría a hablar con el policía que visitó mi casa ayer.
-¿No vas a clase?
-Que va, me ocupará toda la mañana. Ya sabes tengo que hablar muchas cosas y pedir muchas explicaciones.
Tal y como me dijo el chico sin nombre, no debería confiar en nadie pero no pude evitar contarselo ayer. Pero lo de hoy no lo debe saber nadie. Me cuesta mucho mentir a mi mejor amiga.
-Vale, ¿quieres que mi madre te lleve en coche?
-Esto... No no gracias voy andando y así me despejo.
-Cómo quieras, ¿quieres desayunar?
-No tengo hambre de verdad, voy con prisa, llego tarde. Adios Ann, te quiero.
Salí corriendo de la casa. Solo tengo que cruzar dos calles y estoy en mi casa. Cuando voy con prisa las calles se me hacen enormes.
Por fin llego a mi casa y ahí está. Me acercó y noto que él me observa. Me siento un poco incómoda, nadie nunca me había observado, siempre era la que pasaba desapercibido.
-¿Estas lista?
-Más que nunca.
Empieza a caminar y nos dirigimos hacia mi jardín. Nos situamos encima del arenero en el que mi hermana y yo jugabamos de pequeñas. El chico busca entre la arena y observo como levanta una tabla que oculta un botón.
-¿Qué es eso?
-Vi como ellos les metían aquí.
-¿Quienes?
-Los otros, los que no son cómo nosotros.
-Odio tanto misterio, pero, ¿quienes sois vosotros?
No contesta y odio recibir información sin explicación.
-¿Que quienes sois vosotros?
-¿Podrías aplazar las preguntas para más tarde?
Justo el arenero se desliza hasta dejar al descubierto unas escaleras grises y monótonas hacía una planta del subsuelo.
-Paso yo primero, podría ser peligroso.
Ese instinto protector que tenía conmigo la verdad que me hacía sentir bien.
Las escaleras eran diminutas y casi ni me cabían los pies. Justo cuando tan solo quedaban dos peldaños, pisé mal y resvale. Pero no noté el golpe contra el suelo, porque el chico sin nombre me cogió de la cintura. Nuestras caras estaban a tan solo cinco centímetros y notaba su respiración acelerada.
-Ten cuidado patosa Amelie.
-Todavía no me has dicho tu nombre.
-Me llamo Paul.
Oir su nombre procedente de su boca me produjo un escalofrío.
-Paul... Es muy bonito.
No contestó. Atravesamos cientos de pasillos que ni me imaginaba que exístían debajo de mi casa.
Nos paramos en una puerta gris. Paul la abrió.
-¡Mamá, papá, Claire!
Las lagrimas se apoderaron de mis ojos. Estaban a salvo.

3 comentarios:

  1. Me encanta la historia!!! Está super bien hecha!! Me has dejado con ganas de más

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  2. ¡Zeñó! Pero que maravilla, tenemos aquí a una futura escritora profesional.
    ¡Me encanta Valle! De verdad que está genial, sigue así, a por ello ^-^

    Sandra Gómez desde (novelalaorden.blogspot.com.es).

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    1. Gracias guapsisima. Te mandare el link cuando termine el 6.

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